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Vencedores



Mira y sigue



Mira y sigue, es tiempo de hacer una pausa para que puedas identificar que es lo que tienes en tus manos, que te ha sido dado. Las personas apasionadas tienen el por qué (propósito), aun sin saber qué van a hacer (visión), ni cómo hacerlo (estrategias).

El punto de partida siempre debe ser este, el propósito. Ya que la visión y la estrategia pueden ser flexibles, modificarse con el tiempo, pero el propósito debe estar bien definido.



Una persona de propósito claro, avanzará con entusiasmo, guiará a otros y tomará buenas decisiones toda su vida.


Ejercicio practico:

  • A continuación te invitamos a que puedas identificar que es cada una de estas afirmaciones (propósito, visión o estrategia).

1. Ser un líder ungido. ¿Propósito, Visión o Estrategia?

2. Rescatar almas que se pierden. ¿Propósito, Visión o Estrategia?

3. Ser un gran músico lleno del Espíritu. ¿Propósito, Visión o Estrategia?

4. Restaurar el corazón de la Iglesia para el regreso de Jesús. ¿Propósito, Visión o Estrategia?

5. Orar, ayunar y estudiar la Palabra. ¿Propósito, Visión o Estrategia?

6. Ser un comunicador creativo del corazón de Dios para esta generación. ¿Propósito, Visión o Estrategia?

7. Predicar a otros, ministrar adoración, hacer diseños. ¿Propósito, Visión o Estrategia?



 

Excusas



Muchas veces nos sentimos como Moisés cuando estuvo frente a Dios en la zarza ardiente (Éxodo 3:4). En ese momento él se sintió incompetente e incapaz de liderar a su pueblo, sin embargo eso era a lo que Dios lo había llamado a hacer, su propósito a pesar de sus temores era ser un libertador. La mayoría de nosotros podemos hacer una lista de por qué “no podríamos” cumplir nuestro propósito efectivamente, como Moisés la hizo. Cuando Dios lo llamó, él tenía inmediatamente cinco excusas por las cuales no podía ser un libertador:

Excusa uno: ¿Quién soy yo? (Éx. 3:11)

Moisés luchó con su identidad. Simplemente no se sentía calificado. Pensaba que Dios había escogido al líder equivocado.

  • La respuesta de Dios fue: “No importa quién eres, yo te he llamado, yo estoy contigo”.


Excusa dos: ¿Quién eres tú? (Éx. 3:13)

Moisés luchó con la intimidad. No conocía a Dios lo suficiente como para poder darlo a conocer a las personas. Su relación con Él era débil.

  • La respuesta de Dios fue: “YO SOY EL QUE SOY”. Soy cualquier cosa que tú necesites.


Excusa tres: ¿Y qué si no me escuchan? (Éx. 4:1)

Moisés luchó con la intimidación. Se preocupó sobre la reacción de las personas hacia él.

  • La respuesta de Dios fue: “Cuando haya terminado, ellos escucharán. Confía en mí”.


Excusa cuatro: Nunca he sido un buen orador (Éx. 4:10)

Moisés luchó con la incompetencia. ¿Quién lo seguiría si no podía hablar bien?

  • La respuesta de Dios fue: “¿Quién crees que hizo tu boca? Soy la fuente de tus dones”.


Excusa cinco: Sé que puedes hallar a alguien más (Éx. 4:13)

Moisés luchó con un sentimiento de inferioridad. Se comparó a sí mismo con personas más capaces y se sintió inferior.

  • La respuesta de Dios fue: “Bueno, dejaré que vaya Aarón contigo... pero sigo llamándote a ti”.



 

Críticas



“La relación poderosa consiste en captar una visión de lo que Dios está pensando para alguien, y la fe necesaria para creer que esa visión se puede convertir en una realidad.”


Las palabras señalan un rumbo, siembran semillas mentales. Una buena motivación cuidadosamente sembrada crece como una semilla para tomar vida y forma propia. Mucho después de desaparecido el sembrador, la semilla sigue creciendo. Es decir, debemos tomar cada palabra de Dios y dejar que esta crezca en nuestro interior.

Si tú decides que aquello que Dios le está pidiendo que hagas con tu vida es demasiado para ti mismo, y más incómodo de la cuenta, entonces nunca vas a ver los milagros que El tiene para ti.


Hay algo de falso en aquel que lanza una visión por la que no está dispuesto a hacer sacrificios personales. En la historia de la iglesia... en las páginas de la biblia no se va a hallar ejemplo alguno de alguien a quien Dios haya usado ni siquiera en cosas pequeñas, que no hiciera algún tipo de sacrificio para seguir su visión.


Cuando un ser humano está dispuesto a dejar algo valioso para seguir una visión dada por Dios, Él lo considera un acto de adoración. Adorar es darle un gran valor a alguien. Teológicamente hablando, adorar es reconocer la grandeza de Dios, y reaccionar ante ella de una manera adecuada.

  • Las visiones comprenden dos elementos que hacen que atraigan una atención negativa; el cambio y la ausencia de detalles.


  1. El Cambio: Lo nuevo para muchos hace ver la visión como una amenaza. Y las emociones negativas que hace brotar, se desatan en forma de crítica.


  1. La Ausencia de detalles: La naturaleza misma de la visión consiste en que hay mucha más información sólida en cuanto al qué del asunto, que en cuanto al cómo.


  • Muchas veces quienes no tienen visión en cuanto a sus propios logros se sienten amenazados por aquellos que han decidido levantarse y hacer algo por ellos mismos.



¿Cómo responder a las críticas?

  • Oró - Nehemías 4:4-5

  • Recordó la fuente de su visión - Nehemías 4:14

  • Revisó su plan - Nehemías 4:9;16-18 (No es lo mismo cambiar el plan que cambiar la visión).


Cuando fracasa un plan, es necesario volver a lanzar la visión. Hay que ser obstinado con la visión y flexible respecto al plan. Las estrategias y plazos siempre pueden cambiar. Mientras revisamos nuestros planes es posible que Dios decida refinar la visión.


 

Posición e influencia




“La falta de coherencia entre lo que se dice y lo que se hace, hiere de muerte la influencia del líder.”


Nuestras decisiones son fruto de nuestro amor y entrega a Dios: Nehemías tenía autoridad moral. La había estado levantando durante 12 años. No fue su posición la que le dio influencia sobre los nobles y los funcionarios de la ciudad. Llevaba una vida que estaba de acuerdo con su visión, era coherente (Nehemías 5:8b, 14-19).


Es por esto que necesitamos desarrollar autoridad moral:

  • Carácter: Es decidir hacer lo que sea correcto, tal como Dios lo define, vivir de acuerdo a su estándar y no al nuestro.

  • Sacrificio: Un auditorio puede estar en desacuerdo con una posición, pero no lo puede estar con la realidad de una convicción convertida en vida.

  • Tiempo: La autoridad moral se desarrolla a través de una serie de respuestas adecuadas a las circunstancias sobre las cuales no tenemos control.



Es más valiosa la influencia que la posición para que la visión se cumpla. Con frecuencia el visionario no tiene más empuje que el de su influencia. Esta influencia, por limitada que sea es la que le sirve de plataforma. Para guiar un equipo en pro de una misma visión hay que aprender a mover a la gente desde el lugar donde está hasta donde cree que podrían o deberían estar. La posición es optativa, la influencia es esencial.


Todo visionario debe poder tener sintonía total entre su vida y su convicción. La frase que mejor capta esa dinámica es “Autoridad Moral”. Esta es la credibilidad que uno gana cuando actúa de la misma forma que habla. Es la relación que ven los demás entre lo que uno dice y hace; entre lo que afirma ser y lo que es.



 


Determinados




Al transitar las diversas visiones que Dios pone delante, tendremos la tendencia de apartarnos de unas más que de otras. Hay una corriente que nos empuja de continuo hacia concesiones, autosuficiencia y la conveniencia. Sin un punto de referencia claro, no es fácil racionalizar y justificar nada.


Para alcanzar la visión dada por Dios necesitamos tener creencias firmes, para tener conductas in negociables.

  • Tener creencias determinadas hará que tengamos conductas claras, nos servirá como baranda moral y ética de contención, será la que nos de un parámetro claro en que nos determinamos o no hacer (Nehemías 9:38, 10:28-39).

Nehemías y su consejo de gobierno reconocían que el tiempo tiene su forma de erosionar la pasión inicial asociada con un avance espiritual. Por ello los visionarios deben fijar un conjunto de formas de conductas y creencias básicas, y apegarse a él.


Cuando llevamos adelante una visión, en el caso de Nehemías “Una gran obra”, debemos prestar constantemente atención. Nehemías 13:10,16-18, 21,23-27 Nos muestra que cuando el regresa todo, o casi todo estaba cambiado y saliéndose de curso. Y cuando la visión se sale de curso, el líder debe ejercer un liderazgo valiente y osado.


Cuando alguien se levanta con un estilo de vida radical y de santidad, siempre va a parecer extremista para aquellos a quienes se les piden cuentas por su conducta. La llamada a realizar cambios notables suele parecer extrema a quienes se sienten cómodos con lo común. Lo que el visionario considera como sabiduría es entendido como extremista.


Llamar al cambio sin el beneficio de unas creencias y formas de conducta básicas claramente definidas, no tiene sentido. Porque jamás se le puso antes en contexto.


Desarrollar una sana intolerancia por aquellas cosas que tienen el potencial de obstaculizar el progreso hacia lo que podría y debería ser.


Todo obstáculo que pasamos nos acerca al cumplimiento del propósito de Dios. En este plan veremos cómo transformar cada problema en una oportunidad. Aprenderás a transformar eso que hasta hoy te paralizaba, en tu mayor impulso y fortaleza.

El Espíritu Santo es el mas comprometido con tu vida y quiere obrar a tu favor.

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