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El sello de Dios

EL FAVOR DE DIOS


“Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: Sal a la parte más profunda y echad vuestras redes para pescar. Respondiendo Simón, dijo: Maestro, hemos estado trabajando toda la noche y no hemos pescado nada, pero porque tú lo pides, echaré las redes. Y cuando lo hicieron, encerraron una gran cantidad de peces, de modo que sus redes se rompían; entonces hicieron señas a sus compañeros que estaban en la otra barca para que vinieran a ayudarlos. Y vinieron y llenaron ambas barcas, de tal manera que se hundían" (Lucas 5:4-7 LBLA)




“Sal a la parte más profunda y echad vuestras redes”: Aquí vemos a Jesús dándole una palabra a Pedro, en donde le da un lugar específico (la parte más profunda) y también, le dice qué es lo que debe hacer (echar su red).


“Maestro, hemos estado trabajando toda la noche y no hemos pescado nada”: Vemos como Pedro se estaba esforzando por algo, tenia una actitud pro activa y no pasiva. Pero también tenia una realidad adversa y que contrarrestaba la palabra que Jesús le había dado.


“Pero porque tú lo puedes, echaré las redes”: Estas son las palabras de Pedro que hacen la diferencia, vemos cómo su obediencia estuvo por encima de su razonamiento lógico o su experiencia personal.


“Y cuando lo hicieron, encerraron una gran cantidad de peces, de modo que sus redes se rompían”: El fruto de la obediencia siempre tendrá grandes resultados, cada vez que nos movemos por obediencia Dios sobrepasa nuestras expectativas y así como rompió las redes, rompe nuestras limitaciones.


Hasta hoy nada cambió, Dios sigue siendo el mismo y creemos que cada vez que Él nos da una palabra y decidimos avanzar en ella veremos grandes resultados.


PALABRA + OBEDIENCIA = GRANDES RESULTADOS


Así cada vez que nosotros nos movemos por obediencia, podremos ser testigos del favor de Dios en nuestros asuntos. Es inusual que el Mesías se detenga ante dos pescadores con un pésimo día para transformar sus circunstancias y obrar a su favor. Lo que no es inusual es que el Dios de ayer sigue siendo el Dios de hoy, y así como estuvo con Pedro quiere estar contigo hoy.


 

Paciencia



Una de las cosas más difíciles para un hijo de Dios es perseverar en medio de la adversidad. Cuando todo va bien solemos alegramos y gozarnos, cosa que está totalmente bien. Pero, cuando las cosas no salen como esperamos nos alejamos, nos apartamos. Reclamamos a Dios porque las cosas no salen como nosotros las esperamos, pero debemos saber que hay una bendición enorme cuando adoramos en la adversidad. Cuando perseveramos en los días difíciles hay crecimiento.


“Amados hermanos, cuando tengan que enfrentar cualquier tipo de problemas, considérenlo como un tiempo para alegrarse mucho porque ustedes saben que, siempre que se pone a prueba la fe, la constancia tiene una oportunidad para desarrollarse.


Así que dejen que crezca, pues una vez que su constancia se haya desarrollado plenamente, serán perfectos y completos, y no les faltará nada" (Santiago 1:2-4 NTV ).


PROBLEMAS —> FE Y PACIENCIA


Cada problema es una oportunidad de desarrollar constancia, y una invitación del Espíritu Santo a crecer en madurez y ser más parecidos a Jesús.

Debemos perseverar en Cristo y dar frutos a pesar de nuestro días malos. Somos humanos y tenemos todo el derecho de sentirnos mal, pero debemos perseverar en Cristo, y mantenernos declarando con nuestras palabras.


El fruto de una mente renovada es ir en contra de la corriente de este mundo y aferrarnos a los principios del Reino de Dios.

Cristo nos da frutos mediante el Espíritu Santo no para que los guardemos para nosotros, si no para manifestarlo y que los demás puedan comer de estos frutos, así se da a conocer a través de nosotros el carácter de Cristo. Ser conscientes nos da una doble responsabilidad; ser un buen árbol y permanecer en la vid, pero también dar buenos frutos por quienes comerán de ellos.


“»Ciertamente, yo soy la vid; ustedes son las ramas. Los que permanecen en mí y yo en ellos producirán mucho fruto porque, separados de mí, no pueden hacer nada"

(Juan 15:5 NTV).


 

El regalo de la paz



La vida cristiana no es tener todo resuelto, sino vivir en paz en medio de cualquier circunstancia. Y esa paz solo puede ser fruto de saber que Dios está cerca, ver a Jesús cada día. Así venceremos tres gigantes que constantemente atacan nuestra generación. Paz no es algo, es alguien, paz es Jesús.


»Les dejo un regalo: paz en la mente y en el corazón.Y la paz que yo doy es un regalo que el mundo no puede dar. Así que no se angustien ni tengan miedo (Juan 14:27 NTV ).


TEMOR, exceso de pasado

ESTRÉS, exceso de presente

ANSIEDAD, exceso de futuro


Muchas veces creemos la mentira de que Dios no está en nuestro presente, o que nuestros asuntos son poco relevantes para Él. Necesitamos entender que mientras llegamos a allí y vamos caminando hacia el cumplimiento de las promesas, Dios también esta aquí, en nuestro presente. El Dios de allí, es el Dios de aquí.


Los sueños de Dios no se limitan a nuestro pasado ni se condicionan a nuestro presente, es por eso que podemos tener esperanza y vivir confiados en que Él está en nuestro futuro también. ¿Por qué? Porque el Dios del universo, es nuestro Papá. Es esta verdad sencilla pero poderosa la que nos comisiona para cosas grandes.


Para vivir la voluntad de Dios siempre debemos poner de nuestra parte y hacer lo que esté a nuestro alcance, dando la milla extra y siendo pro activos. Pero esto no nos debe llevar a afanarnos y mucho menos preocuparnos. En la Palabra de Dios constantemente somos llamados a vivir confiados, entregar nuestras cargas y sobre todo a reemplazar la preocupación con oración y gratitud.


¿Cómo contrarrestamos el temor, el estrés y la ansiedad?


“Por nada estéis afanosos; antes bien, en todo, mediante oración y súplica con acción de gracias, sean dadas a conocer vuestras peticiones delante de Dios.Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestras mentes en Cristo Jesús" (Filipenses 4:6-7 LBLA).


ORACIÓN + GRATITUD = PAZ

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