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Gobernando mi ansiedad

Actualizado: 6 oct 2022


Introducción


Definición: ¿Qué es?/ ¿Qué produce en mi?


En septiembre del 2021 la OMS informó que mas de un millón de chilenos sufre algún trastorno de ansiedad. Pero, ¿sabemos qué es verdaderamente la ansiedad y que puede producir en nosotros? La ansiedad es una emoción de temor anticipada, preocuparnos por cosas que ni siquiera pararon, es decir tener “miedo al miedo”. Por ende podemos decir que la ansiedad es un precursor al temor.


Como toda emoción, la ansiedad es la que activa todo un sistema de alerta para que logremos desarrollar una actividad de forma objetiva y efectiva. Puede ser considerada normal o anormal dependiendo de su intensidad.


Ansiedad normal: Estado de alerta apropiado para las diferentes situaciones de adversidad que se pueden presentar a lo largo nuestro día. Desafíos presentes o futuros. Por ejemplo, nos activa e impulsa para estudiar para un examen, nos despierta en madrugadas para interceder, o nos mantiene atentos a nuestro entrono para servir a otros.

Si bien la prevención es muy importante, no debe ser la protagonista del presente, como dijo Jesús en Mateo 6:34, el día de mañana traerá sus propias preocupaciones. Sino comenzaremos a vivir un “posible futuro”, con una mala calidad de vida en el presente, y Él hizo todo hermoso en Su tiempo (Eclesiastés 3:11).


Ansiedad patológica o enfermiza: Enferma literalmente, es un estado de sensación subjetiva desagradable, es decir que lo que le ocurre a la persona solo lo siente ella y no hay forma de que otro pueda sentirlo. Se manifiesta con movimiento corporal continuo y avalanchas de pensamientos. Si bien se reconoce que la preocupación es excesiva e irracional, no se puede controlar y por lo tanto se busca evitar.


Con cualquiera de los dos puntos anteriores que te sientas identificado, en la palabra de Dios somos llamados constantemente a depositar en Él nuestra ansiedad, soltar nuestras cargas y confiar (1 Pedro 5:7 NVI), sabiendo que para cada temporada y desafío que venga por delante Él nos preparó. Aún cuando podamos vivir tiempos de angustia y aflicción, estamos cubiertos por su amor y prometió cumplir Su propósito en nosotros, por eso podemos confiar (Salmo 138:7-8).


 

Versículo para memorizar:


“No se preocupen por nada; en cambio, oren por todo. Díganle a Dios lo que necesitan y denle gracias por todo lo que él ha hecho.”Filipenses 4:6 NTV


 


Más profundo





Introducción


Causa y efecto: ¿Cuál es la raíz?/ ¿Cómo se manifiesta?


La ansiedad es una forma de expresar el temor. Piensa en eso que te tiene mas irritable últimamente, ese problema que te cansa mas de lo normal, o que incluso si no este no te esta dejando dormir bien durante la noche, ¿Puedes identificarlo?. Cual sea tu situación, hay una verdad que debemos saber. El problema de la ansiedad no es la circunstancia que la genera, sino que el verdadero problema de la ansiedad es que perdimos de vista a Dios y creemos que Él no está en el asunto. Esta es la verdadera raíz, la falta de propósito y visión.


• Visión del futuro incierto: ¿Qué hago si…?

• Visión del entorno como peligroso: ¿Y si me asaltan?

• Visión de uno mismo como incapaz: ¿Podré hacerlo?


Aquí vemos claramente cómo la ansiedad no ataca ni nuestro pasado ni nuestro presente, ataca nuestro futuro. ¿Por qué?, Satanás quiere que enfoquemos nuestras fuerzas en aquello que no debemos preocuparnos para así traer confusión, distracción y detener nuestro propósito.


En Hebreos 11 vemos a los héroes de la fe, viviendo constantemente en aparente incertidumbre, sus circunstancias no siempre eran las ideales y sus vidas no fueron de las más cómodas, así tenían el escenario perfecto para vivir ansiosos por ver las promesas de Dios cumplirse. ¿Cuál fue su clave para no vivir en ansiedad? En Hebreos 11:35 vemos como todos estos hombres y mujeres estaban despiertos a lo eterno y dormidos a lo temporal. Gastaron sus vidas para servir y amar a Dios por encima de toda expectativa, respondieron a Su voz y caminaron en su propósito eterno.

Una vida sin propósito desata ansiedad, por esto, mientras mas te enfoques e inviertas tu tiempo en hacer lo que Dios te llamó, menos tiempo tendrás para preocuparte y estar ansioso. En Él podemos tener plena confianza de que sus palabras se cumplirán. ¡Jesús vio nuestro final desde el principio y sabe que vamos a vencer!.


 

Versículo para memorizar:


“Dios es nuestro amparo y fortaleza, Nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida, Y se traspasen los montes al corazón del mar;” Salmos 46:1-2 RVR196



 


Diálogo interno | ¿Cómo gobernar la ansiedad?





Introducción


Vivir libre de ansiedad puede ser difícil, pero como vimos antes, la ansiedad no siempre será mala, ya que también nos habilita para hacer distintas cosas en nuestra vida cotidiana. Lo que no es difícil es aprender a gobernarla, esta es nuestra responsabilidad. Debemos rendir nuestra alma para que el Espíritu Santo gobierne cada área de nuestras vidas. Las soluciones rápidas solo tratan los síntomas (conductas), pero la única manera de generar cambios que perduren a lo largo del tiempo es trabajando la raíz de nuestras preocupaciones.


“Envía tu luz y tu verdad; que ellas me guíen a tu monte santo, que me lleven al lugar donde tú habitas.” Salmo 43:3


Dios quiere alumbrarnos y expone nuestras faltas para limpiarnos, pero también nos alumbra para exponer nuestras preocupaciones ya que Él quiere darnos descaso de cada una de ellas. ¿Qué hacemos nosotros?, nuestra responsabilidad es educar nuestra alma y gobernar la ansiedad de manera cotidiana. Vencemos la ansiedad practicando las soluciones y enfrentando los miedos.


1. DESCANSAR (Éxodo 33:14 RVC): Sal de ese estado de alerta y permítete disfrutar. Confía todo lo que hagas en Dios, despójate de pensamientos negativos sobre el futuro y llénate de esperanza creyendo que lo mejor del Dios está por venir.


2. TENER VISIÓN (Proverbios 16:3 RVC): Según estudios científicos, se estima que tenemos unos 60.000 pensamientos diarios y la mayoría son negativos, repetitivos y del pasado. Las malas experiencias del pasado, o incluso las circunstancias de tu presente no deben condicionar nuestro futuro, no permitas que el temor te robe la visión.


3. ALÉGRATE (Filipenses 4:4-6 RVR60): En medio de cada desafío, sea bueno o malo, cree que para cada temporada el Señor te preparó y equipó. No vas solo, Él prometió guiarte y estar contigo cada día.


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